Cómo construir bases sólidas antes de tener KPIs
Emprender es un acto de valentía, pero también de claridad. Cuando una empresa está en sus primeras etapas, su estructura es frágil, sus prácticas aún no se han probado y la operación suele estar guiada por intuición, energía y la urgencia del día a día. Sin embargo, justamente en ese momento es cuando una planeación estratégica para nuevas empresas bien diseñada puede marcar la diferencia entre crecer con rumbo o simplemente sobrevivir a fuerza de improvisación.
Muchas empresas nuevas se enfrentan a un dilema:
Tienen misión, visión y valores… ¿pero ahora qué?
No existen KPIs, no hay datos históricos, los procesos todavía se están inventando y la competencia parece tener años luz de ventaja.
La buena noticia es que la planeación estratégica sí se puede hacer desde cero —y de hecho, es el mejor momento para hacerlo. Aquí te muestro cómo construirla paso a paso sin sentirte paralizado por la falta de métricas o la falta de experiencia institucional. Para todo una serie de artículos sobre planeación estratégica para empresas ya operando por años por favor refiere a este enlace.

1. Construye tu estrategia desde lo que ya tienes: propósito, misión, visión y valores
Si ya cuentas con estas cuatro piezas, tienes la base más importante.
Antes de buscar métricas, herramientas digitales o metodologías sofisticadas, revisa que estas declaraciones estén:
- Claras: ¿se entiende qué haces y por qué existes?
- Útiles: ¿te ayudan a tomar decisiones?
- Inspiradoras: ¿motivan al equipo, incluso si es pequeño?
- Operativas: ¿sabes cómo se ve eso en el día a día?
Para una empresa nueva, estos enunciados no son frases decorativas:
son el primer punto de referencia estratégico.
2. Define prioridades, no KPIs
En una empresa nueva, establecer KPIs de entrada suele ser un error porque no existe aún un referente para medirlos. En lugar de eso, define prioridades estratégicas, es decir, los 3 o 4 frentes que sí o sí deben avanzar en los próximos 3–6 meses.
Ejemplos de prioridades para una empresa en etapa temprana:
- Conseguir los primeros clientes.
- Validar el producto o servicio en el mercado real.
- Establecer procesos mínimos viables para operar.
- Construir reputación y presencia digital.
- Crear alianzas estratégicas iniciales.
- Determinar un modelo de ingresos sostenible.
Estas prioridades sirven como guía y, conforme avances, se convertirán naturalmente en indicadores.

3. Crea objetivos simples, alcanzables y de corto plazo
En esta etapa, el error común es querer pensar a 5 años cuando ni siquiera se ha probado la operación por 5 semanas.
Te recomiendo utilizar objetivos:
- Trimestrales (90 días)
- Claros, pero flexibles
- Relacionados directamente con las prioridades
- Enfocados en acciones, no en resultados futuristas
Ejemplos:
- “Lanzar la versión 1.0 del servicio con al menos tres clientes de prueba”.
- “Generar un flujo mínimo constante de prospectos a través de redes sociales”.
- “Desarrollar el proceso operativo base para entregar el servicio sin improvisación”.
4. Planea con prototipos, no con perfección
Las empresas nuevas deben trabajar como los diseñadores: con prototipos, versiones que no están al 100%, pero permiten aprender rápido.
Tu estrategia no tiene que ser perfecta:
tiene que permitirte actuar, medir y ajustar.
Algunos prototipos estratégicos:
- Un embudo de venta básico.
- Una estructura semanal de contenidos.
- Un proceso operativo sencillo documentado en un Google Doc.
- Una oferta inicial del producto.
- Un pitch de venta que irás mejorando.
La clave está en no obsesionarse con “hacerlo bien desde la primera vez”; sino en construir algo que puedas mejorar continuamente.
5. Define “indicadores de aprendizaje”, no indicadores de desempeño
Antes de tener KPIs, necesitas insights.
Los indicadores de aprendizaje son preguntas que revisas cada semana o cada mes para entender si vas en buen camino:
- ¿Qué funcionó mejor esta semana con clientes?
- ¿Qué obstáculo se repitió?
- ¿Qué proceso fue más lento de lo que esperábamos?
- ¿Qué tipo de cliente mostró más interés?
- ¿Qué mensaje de comunicación generó más respuestas?
- ¿Qué supuestos se confirmaron o se rechazaron?
Estos aprendizajes luego alimentan los KPIs formales.
6. Documenta lo mínimo indispensable (pero documéntalo)
La mayoría de los emprendimientos fracasa no por falta de ideas, sino por falta de orden.
Tu documentación puede ser mínima, pero debe existir.
Documenta:
- Procesos básicos
- Roles aunque seas tú solo
- Cómo se entrega el servicio
- Qué funciona y qué no
- Qué decisiones estratégicas se tomaron y por qué
Documentación ligera = claridad, control y aprendizaje.
7. Construye un hábito de revisión semanal
Olvídate de planeaciones que se guardan en un cajón.
Lo que necesitas es una revisión corta, honesta y constante.
Cada semana revisa:
- Qué hiciste
- Qué no hiciste
- Qué aprendiste
- Qué vas a ajustar
Esto mantiene viva la estrategia, aún sin estructuras sofisticadas.

8. No te compares con la competencia: compite con tu propia versión anterior
En etapas tempranas, la competencia te puede intimidar porque tiene más estructura, más experiencia y más datos.
Pero tu referencia real debe ser:
¿Estamos mejor que hace un mes?
Esa es la única métrica que importa al principio.
Conforme crezcas, podrás incorporar:
- KPIs
- Tableros de control
- Metas anuales
- Estrategias más complejas
Pero todo eso llega después.
Hoy toca construir las bases.
Conclusión
La planeación estratégica para una empresa nueva no se trata de tener datos perfectos, sino de tener claridad, prioridades y disciplina.
Arrancar bien no significa tener todo bajo control; significa avanzar con intención, revisar constantemente y aprender más rápido que los demás.
Si tu empresa apenas comienza, este es el mejor momento para establecer una forma de trabajar basada en:
- Propósito
- Acción
- Aprendizaje
- Ajustes constantes
Eso, en el largo plazo, es lo que convierte a una empresa pequeña en una empresa sólida, competitiva y consciente de su propio crecimiento.

Leave a Reply